Abril es el mes que más me gusta, es el mes en que empiezan a caerse las hojas, el mes en que me casé, es el mes de mi cumpleaños.
En Abril es cuando ya se ha cambiado la hora y a las seis ya se está oscureciendo, cuando iba al liceo me gustaba esta fecha porque era cuando nos íbamos a la plazuela a pololear, habían hartas hojas en el suelo y uno como que se perdía en la oscuridad y los árboles. No existía ese riesgo de que te asaltaran, eran otros vientos.
En Abril no hace frío en la tarde, y es como rico respirar el aire que todavía está limpio.
En Abril la uva está madura, es tan dulce. Es tan rica y fresca después que llueve porque queda lavada. Es como un beso, después de salir del agua.
En Abril nos casamos por el civil y por la iglesia, éramos tan jóvenes, tan enamorados, si dijera que igual que ahora a lo mejor no me creerían, pero el tiempo pasa y no pasa en vano. El amor se transforma, la pasión es distinta, se torna de otra manera, pero es el mismo amor original y seguimos siendo las mismos que decidimos por única vez en la vida seguir juntos ese camino. Ese camino nos ha mostrado felicidad, ese camino que está repleto de abriles que ya pasaron, algunos tristes, algunos felices, y otros rebosantes de alegría. Son abriles llenos de matices, pero del mismo color, igual que las hojas del otoño, son todas casi del mismo color.
En Abril vine el mundo, en Quitratúe, que donde queda?, si ubicas Temuco, este pueblo queda más al sur. Un poquito antes de la cuesta Lastarria, ahora hay un túnel, carretera de dos pistas, todo una modernidad, pero no pasa por Quitratúe. Mi pueblo se quedó en el olvido, como muchos otros pueblos que nacieron con el tren a vapor. No se por qué siempre pensé que Quitratúe se podría parecer a Macondo, cuando leí el libro de García Márquez en que describía a Macondo imaginaba mi pueblo natal y pensaba: - se debe parecer a Quitratúe. Menos mal que de ahí me sacaron a tiempo sino también estaría en el olvido, tal vez hoy sería familiar de uno de los muchos Buendía de Quitratúe.
Me gusta Abril, porque cuando nací se cumplía el dicho Abril aguas mil. Chiquitito como era, mi primer baño fue en un lavatorio. Nací a la antigua, en la casa, a las cuatro de la mañana, bajo una tormenta de los mil demonios. Estaba todo inundado, la matrona que me recibió llegó a caballo. Además al espectáculo asistían: mi papá, mi abuelita Margarita y mi hermanita mayor (que tenía tres años).
Me gusta Abril porque casi siempre la Semana Santa cae en este mes (menos este año), no sé por qué me gustan tanto las ceremonias, a lo mejor es porque se canta harto. Me gusta el aroma del incienso, ese olor a romero que como que te hace volar. La misa de las velitas, las siete lecturas, los salmos, la mística que se forma. Hace mucho tiempo que participo en el coro de la iglesia, toco guitarra. Y en la capilla de Las Vertientes el coro se sienta adelante, como mirando a los feligreses. En ese mismo coro canté para muchos matrimonios, y siempre agradecí el privilegio de poder mirar a los novios, son muy pocos los que ven esas caras durante la ceremonia. A veces ni siquiera los papás ven a sus hijos casarse, sólo se les ve la espalda.
Cuando me tocó a mi estar adelante, el padre Pepe nos dijo: - vamos a hacer una ceremonia distinta. Y nos casamos de frente al público!.
Ese día estuviste allí, y todavía estás conmigo, aquí.
14 abril, 2008
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